En México se vive un proceso de transición, en el que lo nuevo aún no acaba de nacer y lo viejo no acaba de morir, consideró el presidente Andrés Manuel López Obrador. Por ello, señaló: “yo tengo confianza que va a continuar el proceso de transformación, porque fue mucho tiempo, fueron 36 años de saqueo”, en referencia a los gobiernos de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña.
El primer mandatario llamó a todos los mexicanos a internalizar que, por muchos años, el principal problema de México fue la corrupción; sobre todo en el neoliberalismo. “No se compara el saqueo que hubo durante los tres siglos de dominación colonial con lo que se robaron, con lo que saquearon en 36 años de política neoliberal o neoporfirista”.
El impacto que eso tuvo, detalló, no sólo tiene que ver con lo económico o lo social, sino con el propio pensamiento: para que ese modelo se convirtiera en una forma de vida, insistieron en que “todos aceptáramos la corrupción; llegaron a decir que la corrupción era parte de la cultura del pueblo de México, y antes habían dicho que la moral era un árbol que daba moras y que valía para pura tiznada, y llegaron a decir que ‘político pobre, pobre político’, y muchas cosas”.
López Obrador identificó que otro de los grandes males de México es que además de haber muchísima corrupción, había muchísima impunidad. Y como ejemplo del saqueo que representó el neoliberalismo, citó lo ocurrido en el gobierno salinista: “hablamos de 1983, desde el inicio del gobierno del finado Miguel de la Madrid, pero es con Salinas cuando se intensifica, porque no se habían atrevido los presidentes posrevolucionarios a entregar las tierras ejidales, las minas, el petróleo, los bancos, Teléfonos de México. Y con Salinas se llevó a cabo un traslado de bienes del pueblo y de la nación a particulares como nunca en la historia, ahí se conformó una especie de nueva oligarquía, le llamaron ‘grupo compacto’”.
La brecha de desigualdad se amplió como nunca antes. El titular del Ejecutivo federal expuso que al finalizar el gobierno de Salinas, “México ocupaba el cuarto lugar en multimillonarios en el mundo. Al mismo tiempo, en ese sexenio es cuando se produce una mayor desigualdad económica y social, es cuando hay más pobres con relación a las minorías que acumulan enormes fortunas”.
Y Zedillo continuó con esa misma política de entregar los bienes del pueblo a particulares. “Continúa lo que yo llamo el salinismo como política y Zedillo sigue, es el que entrega los ferrocarriles nacionales, es el del Fobaproa. Imagínense lo que era la política económica en ese entonces, de convertir las deudas privadas de potentados, de la banca, de las grandes empresas, en deuda pública, eso lo legalizaron, violaron la Constitución como quisieron, y al final se pusieron de acuerdo en el Congreso, como siempre lo hacen, los del bloque conservador, que no son en sentido estricto representantes populares, son empleados al servicio de la oligarquía”.
López Obrador criticó que en 2000 los panistas engañaron al pueblo de que iba a haber un cambio con la llegada de Fox a la Presidencia, cuando en realidad fue más de lo mismo. “Y así hasta que la gente dijo ‘basta’ y se inicia esta nueva etapa; sin embargo, arraigó tanto el régimen de corrupción, de injusticias, de privilegios, de desprecio al pueblo, echó raíces, pues que, aunque nos hemos aplicado a fondo, todavía falta; pero ahí está la esencia de la transformación de México”.