Efrain Solano Alinarez
“Quieres ser mártir o bandera”, me espetó José Murat ese 5 de diciembre de 1998, apenas 5 días en el cargo como gobernador de Oaxaca. Participaba, en ese entonces, en una movilización de varios pueblos de la sierra sur, la primera en su incipiente gobierno.
“Gobernador con todo res…” alcancé a decir, pero nuevamente fui callado con su estridente voz, y suelta gritando “para un cabrón hay un cabrón y medio, y ese soy yo. Yo soy el gobernador de este estado y acá tengo tu ficha cabrón”. Entonces me paré y salí azotando fuerte la puerta del salón del Palacio de Gobierno donde nos había recibido, aunque en la siguiente puerta fui alcanzado por el extinto Aquiles López Sosa, entonces presidente de la Gran Comisión del Congreso Local. “No puedes hacerle esto al gobernador” me dice. “Pero si no me deja hablar” le regresé. Después de algunos minutos volví al salón con el diputado, donde un sonriente José Murat me recibe con un “ni aguantas nada”. Testigos de estos hechos también fueron los diputados Diaz Azamar (PAN), Francisco López Hernández “Pachico” (+) (PRI) y Rey Morales Sánchez (PRD). La reunión terminó ya en la madrugada.
Con un peculiar y florido lenguaje, protagónico, fanfarrón y bravucón a José Murat también le gustaba intimidar, en ese tenor fueron otros encuentros que con él tuve con otros pueblos en diferentes momentos y circunstancias. Memorable es el autoatentado que “sufre”, cuentan las notas de aquellos días, después una velada con unas famosas coristas de Televisa.
“Si ya bailó que se siente” decía José Murat para referirse a sus enemigos del PRI aspirantes a algún cargo. Pero él no se sentó y dos sexenios después reaparece en la figura de su hijo, el mexiquense, Alejandro Murat Hinojosa. Desconocido, sin arraigo, pero a fuerza de dispendios y la compra de votos gana la gobernatura en el 2016.
El gobierno de Alejandro Murat Hinojosa fue gris y racista. Sin obra pública a la vista, dejó al estado una enorme deuda pública que, a decir de Farid Acevedo López, Secretario de Finanzas del actual gobierno, asciende a más de 31 mil millones de pesos.
El gobierno del Cachorro, como también es conocido Alejandro Murat, no sólo saqueó la riqueza cultural de nuestro estado con la línea de ropa que registró su esposa copiadas de los trabajos artesanales de los pueblos indígenas, solapó también el robo de identidad y floreció, en su gobierno, el cartel inmobiliario.
Asimismo, a Alejandro Murat se le sigue recordando por la impunidad en que dejó el asesinato de la periodista María del Sol Cruz Jarquín, hecho sucedido el 2 de junio de 2018 en Juchitán de Zaragoza cuando fuera comisionada por la SAI a cubrir un evento político del PRI.
El 11 de febrero de 2015 los periodistas Louise Story y Alejandra Xanic Von Bertrab, publicaron en el periódico estadounidense NYT un amplio reportaje de las millonarias propiedades de los Murat en los Estados Unidos de América.
Según NYT, los bienes de Murat en EU son:
-Dos condominios cerca de un centro de ski en Utah, adquiridos en 2004.
-Otro en la isla texana de South Padre.
-Uno en Florida en 2013.
-Al menos uno en Manhattan.
Quizá por el Cartel inmobiliario, las propiedades en los EU o porque realmente sabia de arte se decía que a Murat le gustaban las manzanas.
México es un país en donde más de la mitad del territorio tiene escasez de agua, sobreexplotación de las trasnacionales de los mantos acuíferos y contaminación entre otras problemáticas. En este contexto, la semana pasada en el noticiero con Juan Ruiz Healy en Radio Fórmula el analista político Guillermo Vásquez Handall adelantaba que Alejandro Murat, sería nombrado director de CONAGUA. Con él al frente de tan noble institución estaríamos ante un eventual Cartel del Agua.
Entiendo el pragmatismo de morena en el proceso electoral pasado, pero en el caso del Alejandro Murat con la senaduría que se le obsequió desde la comodidad de una plurinominal, está más que pagado. No podemos permitir más agravios a la 4T, en el movimiento hay suficientes y valiosos cuadros para tan delicada labor y en el caso del Cachorro si ya es senador electo y ya bailó; ¡QUE SE SIENTE!.
Foto y cartón: RS.