Sayda Morales Bustamante

Mientras el gobernador de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, pregona discursos de austeridad, honestidad y combate a la corrupción, dentro de su propia casa florece un entramado de nepotismo y simulación. En el centro de esta red está Noé Jara Espejel, sobrino directo del gobernador e hijo de Noé Jara Cruz, quien dirige en los hechos las redes sociales oficiales del mandatario… y cobra como alto funcionario público mediante prestanombres en la Coordinación de Comunicación Social.

De acuerdo con fuentes internas del Gobierno de Oaxaca y documentación extraída de la Plataforma Nacional de Transparencia, Jara Espejel percibe un salario superior a los 100 mil pesos mensuales, sin ocupar un cargo oficial y sin haber pasado ningún proceso de contratación pública. Es decir, cobro ilegal, tráfico de influencias y corrupción descarada.

📲 Manipulación digital desde el nepotismo

Noé Jara Espejel no es un operador menor. En 2021 fue investigado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dentro del expediente SRE-PSL-9/2023, por usar la cuenta oficial de Facebook de Salomón Jara para comprar publicidad electoral en plena veda. Un acto que no solo viola las leyes electorales, sino que expone el uso partidista de recursos públicos por parte del círculo familiar del gobernador.

El mismo solicita a través de sus redes comunicólogos para operar dentro del Gobierno de Oaxaca.

La cuenta de Facebook institucional fue usada como si fuera propiedad privada, sin control, sin límites y sin consecuencias. A pesar de los señalamientos, ninguna autoridad sancionó el caso ni se hizo público el castigo a los responsables.

• Familia, compadres y operadores: el verdadero gabinete

Lo más grave no es que el gobernador tenga familiares trabajando con él. Lo verdaderamente indignante es que estos familiares no aparecen en nómina, se esconden detrás de contratos opacos y facturas “fantasma”, mientras se embolsan cantidades millonarias por manejar redes sociales y contenido propagandístico.

Este caso no es aislado: se repite en distintas áreas del gobierno de Jara Cruz. Sobrinos, hijos, amigos y hasta parejas sentimentales han sido colocadas sin perfil profesional en puestos de poder. El servicio público se convirtió en un negocio familiar.

La administración estatal se desangra entre simulaciones, empresas de papel, contratos amañados y compadrazgos familiares, mientras la ciudadanía escucha todos los lunes los discursos del gobernador hablando de transformación.

La realidad es más cruda: la 4T en Oaxaca está secuestrada por una red familiar que convirtió al gobierno en botín.